21 mayo 2011

Toda una vida esperando esto

Decenas de miles de voces anónimas, individuales, humanas, se han unido estos días a un fenómeno que llenará nuestros libros de historia. Esa historia que parece que siempre hacen otros, se revela hoy nuestra, resulta que en los trazos que va escribiendo se encuentran esas voces que son las nuestras. Entre esas voces anoche escuché una que venía desde la hermosa Murcia y se resumía en una frase, toda una vida esperando esto.

Hoy, en plena era de la revolución de internet, esa revolución que por fin se hace cargo de su nombre, aquellos que ya pretendían dar por cerrada la historia después de haberse dado de cabezazos con ella durante décadas se llevan la grata sorpresa de que quizá su esencia sigue latente. A punto de tirar la toalla, nuestros padres y abuelos ven estos días que sus sueños de un mundo mejor no estaban realmente tan ahogados entre la molicie de una sociedad muerta y enterrada. 

Toda una vida esperando esto, todo un camino que se ha revelado tan imprevisible como imparable. Algunos pensaron que existía un camino de regreso, una vía de retroceso en la que han invertido las tres últimas décadas con denuedo para minar con pan y circo los logros de un mundo que se batió en sangre por la libertad. Algunos pensaban que realmente podía existir un fin de la historia. Tres décadas en las que los tahures de la democracia de saldo llegaron a pensar que ni siquera hacía falta seguir ocultando sus excesos y sus ambiciones. 

Es por tanto de justicia ofrecerles a nuestros padres, y con su ayuda, porque en su lucha nos basamos, toda esta demostración de vida. Todo este ejercicio de responsabilidad civil por un futuro más limpio que el que nos ofrecen los corruptos de conciencia que hoy nos gobiernan. Es por tanto de justicia desembarazarnos del pesimismo, llevarlo si acaso a nuestro lado o en un bolsillo para que simplemente no moleste, y atrevernos a seguir aferrando con fuerza la pluma de la historia que hoy por fin, y que sirva de precedente, no está en manos de la mentira. 

Toda una vida esperando esto, toda una vida esperando a que nuestras mentes, inicio de toda revolución, sean capaces de decidir si hundirse en el pesimismo y la desgana, o alzarse con energía por las cosas que de verdad importan, nuestro futuro, nuestra historia, nuestra existencia en justicia y libertad verdaderas. Toda una vida esperando a que vuelva a latir la esencia de un ser humano capaz de todo. 

Hoy la emoción, os lo aseguro, late en muchos de nuestros abuelos y padres. El orgullo por saber que su huella no se perdió como parecía, les hace renacer. Hoy sé que muchos de ellos han recuperado algo que tres décadas de conformismo parecían haber cercenado sin remedio. No es así. La historia continúa mañana. Se lo debemos.

Eduardo Moreno

1 comentario:

  1. Genial Edu. Emocionante. La lucha no ha hecho más que comenzar... vamos a por ello.

    ResponderEliminar