10 mayo 2011

Radio Asfalto (2ª Parte)

...Os presentaré, que ya va siendo hora. Os dejo asomaros a una imagen de aquellos momentos en nuestro pequeño local. Junto al ordenador, con su cigarro emitiendo ideas vaporosas y unas canas inimaginables para un tipo de nuestra edad, está Daniel. Bueno, Dani, que ya a estas alturas vamos teniendo confianza. Lo suyo son las exclusivas, y en esta época en la que eso de internet parece aún algo de la universidad y la ciencia ficción, no nos explicamos, igual que sus canas, cómo logra enterarse de ciertas historias. 

A su lado, con el otro ordenador del que disponemos, aunque destrozando un juego de ordenador, se encuentra Esteban, conocido eso sí por su apellido, Murillo. Lo suyo debe de ser don artístico, como el del pintor, porque desespera ver cómo pierde el tiempo, pero de su cabeza salen las mejores ideas y la ilusión contagiosa que encuentro al venir aquí. Además, cuando hay que ponerse en guardia, él se pone a la cabeza siempre, así que se lo perdonamos. Es un tipo realmente extraño, alto, desgarvado, en algunas partes gordo y en otras en los huesos. Es difícil explicar a veces de donde surge el carisma, pero él demuestra que no está basado en el canón de belleza occidental. 

Pinchando ahora mismo en la cabina está Maya. Ella es de las primeras amigas del otro lado del charco que irán desembarcando en el barrio en los próximos años. De momento es una más, aunque es curioso saber con el tiempo cómo muchos años después le sería más difícil convivir en el hogar que le acogió sin dudarlo en aquellos incipientes años 90. Lo suyo es también llenar de ilusión a los demás, pero con un punto casi insoportable de inconsciencia. Si no la retuviéramos, Radio Asfalto se metería en problemas legales cada semana. Solo un poco más de lo que ocurría entonces. De todos modos su aportación era bienvenida, un poco de tensión y mucha ilusión por un proyecto que de algún modo nos daba un sentido para vivir. 

Si os fijais, debajo de la mesa del estudio se mueve una cabeza. Está mordisqueando un cable para pelarlo y empalmarlo con otro. Los cascos, que nunca funcionan. Menos mal que está Rodri con nosotros. Otro tipo desgarvado, amante de aquello de mantenerse en la sombra, pero con unas manos privilegiadas para el cableado o la informática. Es el alma del motor casi físico de la emisora. Eso sí, cuidate de no discutir con él, porque el humor solo lo entiende en antena...

No hay comentarios:

Publicar un comentario