29 diciembre 2010

Reloaded

Hace más de cinco años que vio la luz el primer Aguafiestas, aquel que durante más de dos años se vio tan bien acompañado por vosotros para tratar de abrir, modestamente, algunos ojos. Hoy me he decidido por el regreso, comienza una nueva década y seguramente todas las voces sean necesarias para que no vuelva a suceder lo que sucedió en este decenio para el olvido. Las cosas buenas, que las hay, las sabemos todos. Desde aquí toca aguar la fiesta, pero ya sabéis que será por un buen fin, el de la felicidad real y sin engaños. Tal y como son las cosas.

Para empezar me gustaría recordar la forma en la que comenzamos en junio de 2005. El nuevo Aguafiestas tendrá muchas diferencias con el anterior, las que ya se habrían notado si hubiéramos seguido al mismo ritmo después de más de cinco años, pero el espíritu de aquella primera entrada seguirá latente en el nuevo ciclo, de hecho, como veréis, poco han cambiado las cosas... si acaso han ido a peor. Sólo espero que me acompañéis como la primera vez.

Y ahora viajemos en el tiempo, a junio de 2005:

Saludos amigos de El Abrazo del Oso, bienvenidos a este espacio en el que reinará, siempre, la incertidumbre. Sí, es por casualidad, pero quizá sea ésta una metáfora inmejorable para definir el estado de las cosas, ¿No creéis? La situación laboral, y no sólo de los jóvenes y las mujeres, pero especialmente la de éstos; la situación económica con esta subida terrible que estamos sufriendo en los últimos años gracias, entre otras cosas, al Euro; la situación cultural y de ocio, en un mundo en el que ya nada se puede hacer sin pasar la tarjeta de crédito ante los ojos de las empresas que todo lo controlan. Y ese largo etcétera que pone los pelos de punta cuando miramos cualquier periódico o telediario. Incertidumbre. Incertidumbe en un mundo que sí, está mucho mejor que hace varias décadas, pero que se ha puesto a andar hacia atrás peligrosamente desde hace unos 15 años. Nada podemos hacer desde este blog ni desde ningún sitio, el sistema ya cuenta con que gritemos como parte del juego, pero ahí queda. Un abrazo de oso para todos.